martes, 11 de noviembre de 2014

El gracias que revoluciona las redes


Nunca un “gracias a Dios” ha levantado tanto revuelo como el de Teresa Romero, la enfermera que se contagió de ébola por atender de manera voluntaria al Padre Pajares, y que ha conseguido vencer la enfermedad.

Los foros y redes sociales han echado humo. Unos, felicísimos por la valentía de Teresa al manifestar un signo de su fe en público y después de un acontecimiento realmente traumático, otros, mofándose de su experiencia, negando cualquier posible transcendencia, más allá de lo puramente material.

Desconozco la profundidad de la fe de esta mujer, pero lo que sí es innegable es que, cuando la tasa de mortalidad de una enfermedad como el ébola, para la que no hay cura conocida, puede llegar al 90%, curarse es un milagro. Que Teresa, además, haya manifestado que, a través de las manos de los médicos, es posible una intervención divina, es lógico que a muchos les piten los oídos.

Mucha gente aún sigue creyendo en la existencia de Dios, reza y estructura su vida conforme a sus creencias religiosas. Esa fe, en nuestros pueblos, se ha recibido a través de una parroquia. El 16 de noviembre se celebra el día de la Iglesia Diocesana, este año haciendo hincapié en la participación parroquial como declaración de principios. Pertenecer a una parroquia, ser creyente y vivir la fe, no debe avergonzar a nadie. Al contrario, ayuda a afrontar mejor las situaciones de la vida, tanto positivas como negativas.


Noviembre, y sobre todo el día dos, día de los difuntos, aunque el resto del año no se participe, las misas en los cementerios se llenan. Esto nos dice que sólo mirando a la transcendencia podemos vivir con esperanza, que por muy materialistas que pensemos que somos, hasta llegar incluso a enriquecernos corruptamente, al final, a la hora de la verdad, ¿quién te salva? Ciertamente, los fondos acumulados en los paraísos fiscales, no.