“Mayo con Perú” es el proyecto educativo que la Parroquia de
San Eugenio de Cáceres, España, tiene para ayudar con becas a los niños de
Chincha Alta, Perú, que estudian en el Colegio Parroquial San José de dicha
localidad.
El proyecto comenzó hace 18 años cuando Miguel Ángel,
párroco de San Eugenio, en viaje por Perú, conoció al P. Santiago Calle,
párroco de Ntra. Sra. de Fátima de Chincha Alta, a la que pertenece el Colegio
San José. Santiago le presentó el proyecto de becas y le ofreció la posibilidad
de colaborar.
En la parroquia de San Eugenio de Cáceres se hizo la
propuesta y aquel año se asumió la beca de un niño. El esfuerzo de costura en
el taller solidario de la parroquia y la colaboración de personas particulares
con sus donativos lo hizo posible.
El proyecto se llama “Mayo con Perú” porque es durante el
mes de mayo cuando, sobre todo en la catequesis, se invita a colaborar en él de
una manera especial. Así, los niños que ese año hacen la primera comunión
entregan durante la celebración sus sobres con la aportación que deseen. De esa
aportación la mitad va para Cáritas parroquial y la otra para el proyecto Mayo
con Perú. También durante todo el mes los niños invitan a los familiares y
amigos a ir colaborando en unas huchitas que ellos mismos realizan, ofreciendo
al final del periodo catequético sus ingresos. Al proyecto también se unen los
niños del colegio del barrio, el Grabriel y Galán.
El otro momento fuerte del proyecto es la venta de los
artículos que el taller solidario ha confeccionado durante el año. “El
mercadillo”, que así lo llaman, se coloca durante el periodo navideño en la
parroquia.
En el proyecto también colaboran el Colegio Diocesano y la
Parroquia de Fátima de Cáceres. Además, muchas familias particulares asumen la
beca de un niño concreto, al que se le hace el seguimiento durante los siete
años que dura la primaria y, por ello, el proyecto. Las familias quedan
incluidas dentro del montante de becados de la Parroquia de San Eugenio.
La estancia por Chincha Alta de Miguel Ángel, Merche, y el
que suscribe no tiene otro motivo sino el visitar a las familias de los 44
becados que este año tenemos desde el proyecto. Conocemos así in situ su
tierra, sus casas y su modo de vida.
La acogida en cada una de las casas es muy especial, sobre
todo porque las familias se les ve ilusionadas con los estudios de sus hijos.
El colegio San José tiene un prestigio, ganado con mucho esfuerzo, de ofrecer
una de las mejores bases para poder después afrontar con garantías la
secundaria en cualquier otro centro y labrarse así un buen porvenir.
El encuentro este año con antiguos becados nos certifica que
merece la pena seguir apoyando este proyecto. Muchos de ellos están ahora en la universidad y los otros avanzan sin problemas en la secundaria.