Aunque sólo sea temporalmente, con esta entrada retomo el blog para contar la experiencia veraniega de este año.
La vida da muchas vueltas y de vez en cuando nos ofrece alguna que otra alegría.
En esta ocasión, y por segunda vez, tengo la posibilidad de estar en Perú durante un mes. Desde el 18 de Julio de 2012 me encuentro en Chincha Alta, a 200 kilómetros al sur de Lima. Esta localidad puede no sonar mucho, pero si echamos la vista atrás y recordamos el 15 de agosto de 2007, a media hora de aquí se localizó el epicentro de un terremoto que destrozó toda la región. La localidad más afectada fue Pisco, aunque Chincha también quedó casi destruida.
La razón de estar por aquí es porque, desde la parroquia de San Eugenio, en Cáceres, España, estamos visitando las familias y los niños del proyecto educativo que apoyamos, concretamente en el Colegio San José de esta localidad de Chincha Alta, que pertenece a la parroquia de Fátima. Nuestro proyecto en Cáceres lo llamamos “Mayo con Perú” y participan el él, además de la parroquia de San Eugenio, el Colegio Diocesano y la Parroquia de Fátima.
A los españoles, por estas tierras, nos sorprende sobre todo el sentido militar que desde pequeño se impregna en los niños, sobre todo en estas fechas anteriores a la celebración de lo que aquí llaman “las fiestas patrias”, el 28 de julio. Expresión de este espíritu ha sido, el día 25, la felicitación de cumpleaños que todo el colegio ha dispensado al Padre Santiago Calle, párroco de esta parroquia que nos acoge y promotor del colegio San José.
Todos los niños formando en el patio del colegio han presenciado una escenificación de la composición poética y musical del himno nacional. También han disparado cohetes pirotécnicos y, rompiendo un poco el protocolo, todos los profesores nos invitaron a cantar y bailar en torno al homenajeado. La verdad es que ha sido también un acto muy emotivo, sobre todo en el momento de la oración que uno de los profesores ha rezado recordando las virtudes que este misionero tiene y ha manifestado a lo largo de los más de cuarenta años que lleva en este país.
Aquí en Chincha el día del apóstol Santiago no fue fiesta nacional, como en España, pero al cumpleaños y santo del P. Santiago sólo le faltaron los toros para ser mejor que las ferias de mi querido Villamiel.
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