martes, 10 de junio de 2014

Dudar, buscar, dialogar

Feria de Asociaciones - VI Congreso Teológico Pastoral de la diócesis de Coria-Cáceres. D. Raul Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo y Jesús Moeno, Vicario de Pastoral de Coria-Cáceres

El VI CongresoTeológico Pastoral de la Diócesis de Coria-Cáceres, celebrado los días 5, 6 y 7 de junio, en el Complejo Cultural San Francisco de Cáceres, ha girado en torno a dos puntos: la nueva evangelización enfocada en el diálogo con los alejados y el XIV Sínodo Diocesano que acaba de comenzar.

Dentro del diálogo con los alejados, me llamaron la atención algunos aspectos de la explicación que D. Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Consejo Pontificio para la Cultura, realizaba sobre “el Atrio de los Gentiles”.

El atrio de los gentiles que conoció Jesús de Nazaret era un espacio amplio y porticado en torno al templo de Jerusalén hasta donde podían entrar los gentiles, es decir los paganos, los de otras religiones, los de otros pueblos. Ese lugar Jesús lo “purifica”, expulsando a los cambistas y recuperándolo como “casa de oración”.

Cuando Benedicto XVI propuso el Atrio de los Gentiles pensaba, más que en un espacio neutro para hablar con los gentiles, en un espacio sagrado, la Iglesia, para acoger aquí a los que no creen, pero que buscan a Dios. Sin que nadie se sienta “objetivo de ninguna acción pastoral”, sino, desde el respeto a la libertad y la voluntad, ayudando a “descubrir al dios que a veces se busca sin saberlo”, sobre todo en aquellos que no se cierran a la trascendencia, que aún se cuestionan sobre las últimas cosas.

También el Papa Francisco, con su “salir” hacia los demás, está convencido de que es posible un diálogo, porque el ser humano, por muy agnóstico que sea, no puede conformarse con no tener una respuesta. “Una sociedad que se preocupa sólo de las cosas penúltimas y no de las últimas se vuelve totalmente aburrida”, afirmaba D. Melchor.

Además, dialogar es posible, porque siempre habrá dudas. Y si hay dudas -“¿y si después no hay nada?”-, siempre habrá un punto de diálogo en común: la duda -“¿y si resulta que, después de todo, hay algo?”-.


No hay comentarios:

Publicar un comentario