Los veranos siempre dan tiempo
para dedicarlo a cosas que durante el curso no resulta tan sencillo
encontrarles su momento. Al menos, un servidor ha aprovechado los ratillos de
ocio para ponerse al día con el tema de las redes sociales.
La verdad es que uno encuentra de
todo. Sobre todo que la gente se divierte muchísimo en verano. O eso parece,
porque las fotos que más compartimos suelen ser las de las fiestas en compañía
de amigos y familiares.
Pero también he visto que están
calando mucho unos mensajitos, con frases aparentemente inofensivas, algunas
muy tiernas, pero que se están convirtiendo en los nuevos eslóganes morales de
la sociedad, sobre todo de los jóvenes, que a veces no encuentran otras
referencias éticas más que internet.
Internet es muy bueno, pero todo
está en el mismo plano, al alcance de un clic. Frases como “a la m… las
segundas oportunidades, las personas nunca cambian”, “le doy amor a quien me
transmite amor, mi confianza a quien se la gana” o “ama a quien te ama y olvida
a quien te olvida”, escritas con letras y fondos llamativos, parece que fueran,
como alguno ha llegado a comentar, “verdad, verdadera”, pero esconden un
trasfondo de egoísmo e intolerancia grandísimo. La gente las comparte como el no
va más de los valores, pero a la larga llevan a la intransigencia y a la
soledad. Como éstas, cientos.
Mi consejo. Aprendamos siempre a
leer con criterio antes de compartir. Si eres de los que usas las redes
sociales, pon sólo me gusta en aquello que te haga mejor persona, que te ayude a
acercarte, a amar y respetar a todos y que construya una sociedad en paz, que
para resentimientos, odios y enfrentamientos ya nos sobra la ración diaria de
la sobremesa en los noticiarios televisivos. Y, si puedes y te atreves, abre
con un buen comentario los ojos al que pensó que puede ser el nuevo mesías de
la red.
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