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miércoles, 17 de junio de 2015
lunes, 8 de junio de 2015
Ni izquierda ni derecha
Mientras los futuribles
dirigentes de nuestros pueblos y autonomías continúan en reuniones, llamadas,
comidas y cenas para repartirse la tarta del poder, denotando la gran división
en la que ha quedado sumido el panorama político de nuestro país. Ayer se
celebraba en la mayoría de los pueblos y ciudades la fiesta del Corpus.
Curiosamente, una fiesta que invita a la unidad, al entendimiento y al perdón,
vividos desde el amor.
No es de extrañar que, declarado
este día como “día del amor fraterno”, Cáritas nos proponga su campaña anual.
Este año nos ha preguntado por “¿qué haces con tu hermano?” Cuando la pobreza
se sigue "intensificando, extendiendo y cronificando", y las
desigualdades sociales aumentan, debido al modelo de economía mundial que pone
el dinero por encima de todo, Cáritas nos recuerda la necesidad de reafirmar “la
centralidad y la prioridad de la persona humana por encima de cualquier interés
político, ideológico o económico.”
¡Qué bien les vendría a nuestros
políticos tener sobre la mesa de negociación las propuestas que Cáritas hace en
su manifiesto para el Corpus! “Que:
- Todo se ponga al servicio de los seres humanos, especialmente los más empobrecidos.
- Se garantice a todo el mundo la vivienda, la salud, la enseñanza y el trabajo dignos.
- Se asegure la calidad de los servicios públicos evitando convertirlos en negocio privado.
- Toda la ciudadanía pueda disponer de una renta mínima para vivir dignamente.
- El capital y las finanzas estén controlados por los poderes públicos.
- Se asegure unos servicios sociales adecuados, que atiendan verdaderamente a los sectores más vulnerables para que puedan vivir con dignidad.
- Haya justicia distributiva real para que el bien común prevalezca sobre el bien privado.”
jueves, 28 de mayo de 2015
24 horas
En plena resaca de las elecciones,
24 horas después de haber ejercido nuestro derecho a voto y de haber intentado
mejorar, con el sencillo gesto de depositar una papeleta, la guía de nuestros
pueblos y regiones, hay otras 24 horas en las que también podemos “mover el
mundo”, con el sencillo gesto de encender una vela: son las 24 horas de Manos
Unidas.
“Más allá de nuestras fronteras
sigue habiendo multitud de personas que se encuentran al límite de sus fuerzas,
viviendo una vida inhumana, pasando hambre, sin acceso a la educación o a la
sanidad. Millones de seres humanos viven en condiciones indignas. Este mundo,
oscurecido por la injusticia, necesita luz.” Así reza el manifiesto que Manos
Unidas nos propone leer con motivo de la tercera edición de las "24 horas
que mueven el mundo", la acción de sensibilización creada en 2013 para
promover la solidaridad con los pueblos del Sur.
Unirse a esta iniciativa es muy
sencillo: se puede encender una vela virtual desde la página web de Manos
Unidas en cualquiera de los países donde tienen abierto un proyecto, obteniendo
información sobre el mismo y sobre el país. Tu vela la puedes compartir a
través de las redes sociales. Pero lo más interesante sería unirse a otras
personas, encender una vela real con la pegatina de Manos Unidas, leer el
manifiesto de la campaña y hacerse todos juntos una fotografía, para después
compartirla el 28 de mayo en el gran evento creado en el facebook de Manos
Unidas para tal fin.
Quizá sea sólo un gesto sencillo,
pero, si con ello se logra facilitar la
reflexión y el juicio crítico sobre los problemas de los países en desarrollo,
al menos ya se habrá podido encender una luz: la de tu deseo y voluntad de
“mover el mundo”.
24 horas puede que no den para mucho, pero menos son los milisegundos de un
flash y consiguen que las cosas se vean mucho mejor.
martes, 12 de mayo de 2015
Electores responsables
He estado mirando los programas
electorales de los diversos partidos para las próximas elecciones municipales y
autonómicas en Extremadura. No voy a entrar a comentar en detalle ninguno de
ellos. Como muchos en todo el país, ante los casos de corrupción, las promesas
incumplidas, la decepción por el cambio de orientación en nuestros gobernantes,
que lo que antes era sí ahora es no, y tantas otras cosas, creo que nos
sentimos con deseos de algo nuevo, distinto, que no por ello ofrecido
forzosamente por algún partido de reciente creación.
Aunque unos más extensos que
otros, hay programas que definen claramente las líneas de pensamiento e
intenciones del partido, cosa de agradecer, porque cuando se ponen las cartas
sobre la mesa es más fácil decidir. Otros programas, sin embargo, proponen
puntos con una redacción tan ambigua que a la postre pueden justificar
cualquier acción que deseen después llevar a cabo. Decir, por ejemplo, que se
va a ayudar a la mujer embarazada y no especificar a qué, podría significar
tanto darle los medios para portar adelante su embarazo y lo necesario para el
mantenimiento de su recién nacido, como ofrecerle abortar. Lo mismo se puede
decir de educación o de las propuestas económicas, donde, por muchas promesas
que se hagan, al final quien nos va a mandar es la dichosa economía de mercado,
o sea, el dinero y quienes lo tienen.
¡Qué difícil tomar una decisión
responsable! Y, cuando digo responsable, me refiero a meditada, libre y acorde
con la conciencia. Y aquí no vale escurrir el bulto, es decir, escaquearse de
votar. No puedes dejar algo tan importante en manos del otro. En primer lugar
porque pierdes después el derecho a quejarte, porque lo que tenías que haber
hecho era haber ayudado en la elección adecuada y, en segundo lugar, porque si
tienes el derecho, también tienes el deber.
¡Se responsable!
lunes, 27 de abril de 2015
El 'gancho' de la Virgen
Continúa siendo un río de devotos el
que, pasando por el arco de la Estrella, inunda su calle y llega a Santa María
para visitar diariamente a la Virgen de la Montaña, patrona de Cáceres, orar
ante la imagen, participar en la Eucaristía o confesarse.
La intención de la Cofradía,
apoyada, al menos verbalmente, por las instituciones políticas, de conseguir
que el novenario sea reconocido de interés turístico regional, no resulta
extraño: es espectacular la bajada desde su santuario, su recepción en Fuente
Concejo y el paso por las calles hasta llegar a la Plaza Mayor; espectacular es
también el reguero de fieles que a diario visita la imagen; además, son muchos
los grupos que se acercan de manera organizada: colegios, enfermos, jóvenes…
momentos especiales, como la Eucaristía de la Jornada por la Seguridad en el Trabajo,
el veintiocho a las diez de la noche, etc.
A nivel externo, para el turista,
no deja de ser algo sorprendente, digno de ver y contar. Digamos que es un
añadido más al ya de por sí gran atractivo que tiene la ciudad.
Pero no olvidemos que el
novenario es un acto religioso, expresión de la fe de un pueblo. Es esto lo que
debemos potenciar y llenar de pleno sentido, porque se corre el riesgo de
despreciar el carácter propiamente cristiano y espiritual del acontecimiento.
Ni la persecución, ni, por supuesto, convertirnos en monos de feria en pro de
una potenciación lucrativa del turismo.
Con todo, y aunque la visita sea
sólo por interés turístico, María tiene tal gancho y sabe tocar el corazón de
tal manera, que no es de extrañar oír en el confesionario: “Hace muchísimos
años que no me confieso, pero he venido a ver a la Virgen y he sentido como la
necesidad, porque tengo desde hace mucho un pesar que…” y terminar confortado,
así, de tal forma que no cabe más que salir agradecido a la Madre por su acción
mediadora.
martes, 14 de abril de 2015
lunes, 13 de abril de 2015
Me da miedo
Se están llevando al cine, y
triunfando, una serie de obras de literatura juvenil que presentan unas
sociedades resultado de una catástrofe total, normalmente guerra, que pretenden
de una u otra manera encontrar una estabilidad que evite un nuevo desastre:
Divergente, Los juegos del hambre, El corredor del laberinto.
No en pocas ocasiones la ciencia
ficción ha sido profética. Me da miedo que la escalada de violencia en el mundo
y, sobre todo, la educación en la permisividad y falta de valores claros y
estables en la que están creciendo los niños, nos pueda llevar sin remedio a
algún tipo de situación parecida a la descrita en las novelas de ficción.
Es verdad que estoy siendo un
poco catastrofista, pero aquellos que durante años han trabajado con niños;
educadores, maestros, catequistas, en no pocas ocasiones manifiestan que cada
vez más los niños arrastran problemas de falta de atención, respeto e incluso
violencia. Agravándose esta situación en la adolescencia.
Entre otros problemas que afectan
a los niños, el Papa Francisco, denunciaba algo parecido en la audiencia del
miércoles pasado: “Demasiado a menudo en
los niños recaen los efectos de la vida de un trabajo precario o malpagado, de
horarios insostenibles, de transportes ineficientes… Pero los niños pagan
también el precio de uniones inmaduras y de separaciones irresponsables, son
las primeras víctimas. Sufren los resultados de la cultura de los derechos
subjetivos exasperados, y se convierten después en hijos más precoces. A menudo
absorben una violencia que no son capaces de “disponer”, y bajo los ojos de los
grandes están obligados a acostumbrarse a la degradación.”
Cuando estos niños sean adultos y
todo lo que han vivido aflore en sus relaciones diarias, ¿cómo será la
sociedad, hacia dónde caminará? En la educación está que el futuro sea el que
queremos.
martes, 7 de abril de 2015
Convertirse o morir
“¿Por qué no se va y se elimina a todos?”,
me preguntaba un chico, refiriéndose al mal denominado estado islámico, ya que
no creo que haya sido reconocido como tal por ningún organismo. Con esta
pregunta estaba más o menos, sin saberlo, justificando algunas soluciones
históricas, como las cruzadas. No en vano, seguramente, muchos habrán pensado
lo mismo.
¿Realmente la solución pasa por las
espadas? Estamos en la semana más importante para los cristianos. Vamos a
celebrar el triunfo, no de las espadas, pues, “quien a hierro mata…”, sino del
amor crucificado, de la entrega y el perdón. Aunque no seas de los que asisten
a las celebraciones, lo vas a ver representado en la variada imaginería que
inunda nuestras calles estos días.
¿Solución? No sé. Pero hay que buscarla.
Mientras tanto no queda otra que, para los que creen que una fuerza superior
puede intervenir de alguna forma, rezar. Esta Semana Santa se invita a hacerlo
no sólo de manera individual, sino pública. Se invita a pedir, sobre todo, por
los cristianos perseguidos. Es principalmente la comunidad cristiana de los
países donde el yihadismo islámico más está atacando la que más está sufriendo:
sus opciones son huir de sus hogares, convertirse o morir.
Los templos y las casas se pueden
reconstruir, las vidas humanas no. Secuestros en masa, asesinatos de niños,
violaciones, son el pan nuestro de cada día de miles de cristianos en Siria,
Pakistán, Irak, Nigeria, India.
Los medios, ventana por la que solemos
casi exclusivamente mirar la realidad, no siempre nos muestran esta otra realidad.
Si eres de los que creen, no te quedes impasible y reza por las víctimas de
esas “personas que dicen ser religiosas, pero que abusan de la religión para
convertirla en una ideología que se doblegue a sus intereses de opresión y
muerte”, como las ha definido el Papa Francisco.
martes, 3 de marzo de 2015
Cofrade
La Semana Santa ya está a la
vista, las bandas de música ensayan para los desfiles procesionales y los
cofrades han comenzado a desempolvar las túnicas. Como anticipo, todas las
cofradías y hermandades de la diócesis de Coria-Cáceres, desde hace veintiséis
años, se reúnen en una asamblea multitudinaria; este año, en Montehermoso, el
pasado sábado, veintiocho de febrero.
Limitar la labor de un cofrade al
momento puntual de la o las procesiones en las que participe sería empobrecer
enormemente el sentido propio del mismo. Cofrade -cum frater, en latín-
significa "hermano-con", o sea, aquel que vive y celebra la fe con otros
hermanos. No se entiende, pues, un cofrade sin la referencia a una comunidad.
La Escuela Cofrade que existe en
la diócesis, y por la que ya han pasado más de setecientos hermanos, entre
otros, tiene el objetivo de concienciar a sus participantes en la necesidad de
ser cofrade todo el año y de vivir su ser cofrade en referencia a la comunidad
parroquial a la que pertenece. De hecho, la gran mayoría de las cofradías,
penitenciales principalmente, surgieron no tanto en torno a una imagen, sino
para paliar ciertas necesidades y carencias que se daban en la comunidad
durante el año: asistencia a los pobres, enfermos, parados, encarcelados, viudas
y huérfanos, etc.
Ese sentido de comunidad y de
labor social y caritativa es el que habría que recuperar. En la Asamblea
celebrada en Montehermoso se ha reflexionado sobre la aportación y
participación de las cofradías y hermandades en el XIV Sínodo Diocesano que se
está celebrando en la diócesis de Coria-Cáceres. El Sínodo puede ser la gran
oportunidad de todos los cofrades para encontrar de nuevo su verdadero lugar en
las comunidades de pertenencia y para que su estar no sólo sea el pocesionar
durante la Semana Santa, por muy de interés turístico que sea.
lunes, 16 de febrero de 2015
Carnaval y Cuaresma
El carnaval,
como todo lo espectacular y colorido, se ha convertido en un evento mediático,
que copa las primeras páginas de los periódicos y abre informativos. Pero “ya
no es lo que era”, se suele escuchar entre los mayores de nuestros pueblos.
En muchos
lugares, los disfraces es ya sólo cosa de niños y jóvenes. Los niños para
perder un día de clase, porque se suele adelantar al viernes, y los jóvenes
para sacar el botellón a la calle. Se conserva con fuerza, eso sí, en aquellos
lugares donde el carnaval ha subido de nivel, convirtiéndose en atracción
turística.
El carnaval nace
unido a la cuaresma. Como antesala de la misma, servía para darse los últimos
caprichos antes de que comenzaran los rigores penitenciales. Y, como la
cuaresma ya no es tampoco lo que era, no lo puede ser el carnaval.
La cuaresma, que
comienza con el miércoles de ceniza, es para los cristianos “un tiempo de
renovación”, según el Papa Francisco en su mensaje para este tiempo. Quizá
sería bueno no dejar pasar de largo la oportunidad de recuperar su sentido.
Lo primero que
al Papa le preocupa es el peligro de “la globalización de la indiferencia”. “Yo
estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta
actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial”.
Francisco
propone como solución preguntarse: “¿Dónde está tú hermano?” y tomar conciencia
de que en el mundo somos una unidad y “si un miembro sufre, todos sufren con
él”.
“La cuaresma es un tiempo propicio para
mostrar interés por el otro” y “ayudar con gestos de caridad”. Hay que “superar
la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia”, “porque la necesidad
del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida”. No negarán que esto son,
incluso, luces para superar la crisis.
Si los
cristianos recuperásemos la cuaresma, el carnaval se llenaría de sentido.
lunes, 2 de febrero de 2015
Velocidad funcionario
Existe la
velocidad de la luz, los límites de velocidad, la velocidad de paseo, y la del
funcionario. Seguro que no hace falta que diga a qué me refiero. Pero, por
favor, no se me ofenda nadie. Sólo pretendo expresar las, a veces, desesperantes
experiencias que nos toca vivir en las salas de espera.
Llevas sentado
ya un buen rato. Vas viendo cómo en otras secciones o departamentos llaman con
asiduidad, y tu cola no avanza. De repente, el o la funcionaria se levanta,
lleva papeles en las manos, sale y enfila el interminable pasillo hacia la
fotocopiadora, que siempre está al final y, entonces, lo ves: ha puesto la
velocidad funcionario. Es una marcha parsimoniosa así como solemne –cabeza alta,
hombros hacia atrás, miradas frecuentes a izquierda y derecha- y en cámara
lenta.
La desesperación
es ya, entonces, total. Si por lo menos llevase un alegre trote cochinero, las
esperanzas de no sentir que has perdido toda la mañana aún se mantendrían,
pero, no. Y, en el colmo de las desdichas, cuando ya te va a tocar, ves que de
nuevo se levanta, sin decir nada, esta vez va hacia la parte posterior de la
estancia, hacia el perchero, coge la bufanda y el abrigo y, para qué decir
algo, ya sabes que ha llegado la hora del café. Café que tú no te tomarás,
porque, si no, pierdes la vez. Toca esperar otra media hora, más un cuarto de
la bajada a velocidad funcionario, más otro de subida a la misma velocidad. Y
ahora, cuando entres, que te diga que te falta un papel…
Porque ya no
vivimos en la católica España, si no habría metido la mano en el bolsillo, habría
sacado las cuentas y habríamos comenzado todos: “Santo Rosario; por la señal…”
Menos mal que
hoy las autopistas de la información te permiten, con el móvil, mientras
esperas, haber resuelto tres asuntos por teléfono, contestado cuatro correos y
superado cinco niveles del Candy crush.
DISCULPAS: Pido perdón a
todos los que se han sentido ofendidos al leer este artículo en el periódico. Pretendía ser irónico y quizá haya ido
más lejos de lo debido o haya expuesto la situación sólo desde un punto de
vista y, además, excesivamente simplón. Generalizar no es bueno.
martes, 20 de enero de 2015
Libertad de expresión
Condeno el terrorismo. Nadie debería sufrir por los actos de otro ser
humano.
Europa está ahora envuelta en el terror, causa de los últimos atentados
y amenazas terroristas. Es deleznable la actitud yihadista de aniquilar a todo
el que no coincida con sus creencias.
Hecha esta condena, hay que añadir que tampoco puede tener consistencia
alguna la idea de que la libertad de expresión no tiene límites. El derecho a
la libertad de expresión no es absoluto, tiene límites, el límite es, principalmente,
la dignidad de la persona. Por eso, las leyes, para proteger a la persona,
condenan las calumnias e injurias, la incitación a la violencia o al delito, la
discriminación o la apología del terrorismo.
Es verdad que no debe haber una censura previa, pero si alguien me
insulta o publica falsedades sobre mi persona, tengo derecho a denunciarlo. Y,
si tengo derecho y puedo demostrar que eran insultos y falsedades, quiere decir
que al tal alguien no le amparaba ningún derecho, tampoco el de expresión, para
expresarse así.
Existe también el derecho a la libertad religiosa. Nadie debe ser
discriminado por su credo. Pero, ¿hasta dónde puede llegar la libertad de
expresión, para no atentar contra el derecho religioso?
Recuerdo la enorme polémica que hubo en Cáceres con una exposición
fotográfica que literalmente insultaba las creencias cristianas, parafraseando
escenas evangélicas con desnudos o sustituyendo la hostia por un excremento
humano. Aquello me dolió y me sigue doliendo en el alma. Ciertamente, tal
barbarie no hubiese justificado la mayor barbarie aún de llegar a algún tipo de
violencia física. La pena es que ni entonces, ni ahora, tenía recursos
económicos para interponer una demanda judicial.
El que una expresión de tal tipo, por el motivo que sea, quede impune,
no quiere decir que no sea reprobable. Respeto, por favor.
Abuelos y matanza
La Navidad es un tiempo muy
propio para las tradiciones familiares. Una de esas tradiciones es la matanza.
Ya se va perdiendo, pero todavía quedan familias que acostumbran, aprovechando
el que se reúnen todos, para matar el cerdo y preparar los tan ricos chorizos,
morcillas, patateras, farinatos, buches, lomos, jamones.
El viernes me tocó llevar al
veterinario los trozos que el “matanchín” había separado para ser analizados.
Estando allí llegó un abuelo con sus dos lenguas, la de los guarros, para
analizarlas. Entre comentarios sobre lo bien que cae el nuevo Papa, los curas,
la familia y las tradiciones, el hombre comentó: “En casa ya sólo somos dos, yo
ya no tengo necesidad de hacer la matanza, pero tengo una huertina, y ¿qué hago
con los desperdicios?”
Imagino que, siendo dos en casa,
no creo que se coman los dos cerdos, por lo que es de suponer que la matanza
más bien la preparan para los hijos. Este hombre es de los que emigraron “al
norte” y ahora, jubilados, han regresado al pueblo que los vio nacer. Seguro
que también ellos, cuando venían en vacaciones, eran de los que se decía que
venían con el maletero del coche vacío pero volvían con él pegando en el suelo.
Era normal que los emigrantes
aprovechasen para hacer el acopio de los productos de las huertas y de las
matanzas, que con tanto cariño les tenían preparados sus padres. Por eso quizá
sean ahora ellos los que también mantienen viva la tan entrañable tradición,
que en boca del veterinario, es toda una fiesta familiar y vecinal.
Durante estos días he ido a
Cilleros a celebrar la misa y, aunque el templo no pareciese vacío, lo cierto
es que nuestras iglesias van pareciendo centros de jubilados. Está claro que
son los mayores los que mantienen las tradiciones. Y que sea por muchos años.
No permitamos que se pierda tan rica sabiduría popular.
Feliz año nuevo.
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