Una sociedad democrática, se suele decir, tiene los políticos y los medios de comunicación que se merece. Partiendo de la supuesta libertad de todo ciudadano a la hora de seleccionar el medio con el que quiere ser informado, está claro que los periódicos, las radios y los canales televisivos más vistos, escuchados y leídos son aquellos acordes con el sentir y pensar de quienes los eligen. Pero también quienes poseen y dirigen dichos medios están interesados en ofrecer aquello que su audiencia está deseando conocer, porque en una sociedad de consumo, donde la publicidad sostiene el medio, a mayor porcentaje de seguidores, mayor volumen de negocio.
Es aquí donde entran las “news values” o “valores noticiosos”, o sea, las “pautas para llevar a cabo la recogida y producción de las noticias periodísticas, de las que también forman parte los intereses y gustos del auditorio y los valores sociales con los que se identifican los lectores”(1).
En Italia se dice que tres “eses” venden periódicos: “Sangue, Sesso e Soldi (dinero)”. Ciertamente valores todos ellos negativos. Está claro que a la sociedad actual le gusta la morbosidad, es decir, todo aquello que destaque sus bajezas y enfermedades, aunque se considere en sí misma sana y capaz de juzgar con claridad dichos actos, situándose por encima de ellos. Así, la prensa le ofrece aquello que le gusta en vista de un mayor volumen de ventas y audiencia.
Pero, si no se ofrecen valores positivos de referencia, ¿se podrá terminar juzgando con claridad? Difícilmente. Por eso haría falta comenzar a cambiar la manera de afrontar lo que es o no es noticiable, lo que es o no es importante y lo que merece o no la pena ser publicado. Las buenas noticias existen y sería bueno partir de otros “valores noticiosos” alejados de la negatividad, el conflicto, la polémica y la morbosidad; valores relacionados con el crecimiento humano, intelectual, emocional y social, valores que destaquen lo que es realmente importante y no sólo lo entretenido, valores que eduquen en el respeto, el diálogo y la justicia y busquen y cuenten la verdad.
Los medios de comunicación se plantean hoy como grandes industrias de la información, capaces de mover al año una suma ingente de negocio, pero no se debe olvidar que siguen siendo ante todo y en primer lugar un servicio para la sociedad, que tiene derecho a una información justa, ecuánime y elaborada bajo altos estándares de profesionalidad. Educar a un niño dándole sólo lo que le gusta significa hipotecar su vida subyugándola a los caprichos y deseos arbitrarios y a la desesperación en el primer momento que no logre alcanzar lo que desea. De igual modo los medios de comunicación deben buscar el bien común, porque en sus manos también se encuentra la responsabilidad de una buena educación en valores. Valores que serán los que se deban aplicar en la recogida y producción de noticias. “News values” basadas en la “positividad”.